Utilice un paño suave y sin pelusas (por ejemplo, de algodón o lino) para limpiar el objetivo. Pásalo ligeramente por la superficie de la lente para evitar arañazos. Si la suciedad es más intensa, puede humedecer el paño con agua tibia. No utilice productos de limpieza agresivos, esponjas de limpieza abrasivas o similares.
Como norma general, limpie los dispositivos ópticos lo menos posible.